En la actualidad, es una de las modalidades más frecuentes de consulta psicológica. Desde desacuerdos o insatisfacción que tiene que ver con: comunicación entre la pareja bien sea a nivel conyugal o como padres, demostraciones de afecto, relaciones sexuales, filosofía de vida, economía y gastos familiares o personales, educación de los hijos, tiempo de ocio, amistades, relación con familias de origen, etc.
La conciliación del tiempo dedicado al trabajo, la familia, la pareja, los hijos o gestionar los espacios personales o compartidos de ocio.
La armonización de las necesidades personales y de la pareja no siempre es una situación fácil de gestionar, porque en la petición de espacios puede derivar una situación de sentimientos de abandono por parte del otro.
La pareja es un sistema complejo que debería poder renegociar las condiciones de la misma al paso del tiempo, el cambio de las situaciones, las nuevas necesidades que van surgiendo, y no siempre es una tarea fácil.
La terapia de pareja tiene como finalidad que ambos miembros de la pareja estén bien, lo mejor posible, y no sabemos cuando empezamos si eso va a terminar en una situación de una pareja unida y mejorada a la situación a la que llegan a terapia, o por el contrario a una pareja separada pero de la forma más armoniosa posible, sobre todo si hay hijos de por medio.